Antes de crear Los Sims participó en la mayor carrera ilegal de Estados Unidos. Y lo más sorprendente es que la ganó
Publicado por GABRIEL HERNANDEZ en
Hay una carrera ilegal en Estados Unidos llamada Cannonball Run que va de llegar lo más rápido posible a Los Angeles desde Nueva York, cruzando varias de las 50 estrellas de Estados Unidos. Consiste en atravesar el país a lo ancho; hacerse un coast to coast, que se dice. Hay unos 4.500 kilómetros de distancia; es lo mismo que ir desde Finisterre a Cádiz, volver, volver a ir y volver a volver. Las últimas informaciones, unas difusas por lo punitivo de su ejecución –podríamos remitir, por tanto, a "las malas lenguas"-, indican a que en 2020 varios conductores lograron tal hazaña en 26 horas y media. Según Google Maps, a una velocidad permitida y sin detener apenas el camino, deberían tardarse 41.
Los orígenes son algo confusos, pero varias fuentes señalan a que fue en 1903 la primera vez que tuvo lugar. Lo hizo de una forma diferente: un solo equipo, todo por lo legal, 64 días sobre un coche clásico, un Winton. ¿Cómo te quedas si te digo que en el 73 aniversario de la carrera Will Wright, el mismísimo creador de Los Sims, participó el evento; y no solo eso, sino que lo ganó?
La historia de Will Wright
Corre el año 1980. A Brock Yates, organizador el evento, le ofrecen una suma millonaria para producir un largometraje sobre la CannonBall Run. Acepta y se aparta de la dirección de la carrera, tomando su relevo Rick Doherty. Esta figura es importante: no solo preserva la carrera sino que participa en ella. Narra Wright a Wired: "Él la iba a hacer con su amigo y yo con el mío, pero en cierto punto mi amigo ‘se rajó’ y el suyo también. Así que acabamos por hacerla juntos".
Ambos caminos se cruzaron y decidieron ponerse manos a la obra. Equiparon un Mazda RX-7 con lo necesario para lograr la hazaña: le colocaron una jaula de seguridad (como hacen los coches de rallies) y le aumentaron la capacidad del tanque de gasolina. También adquirieron unas gafas de visión nocturna, detectores de radar o una nevera. Las lentes no fueron del agrado de Wright. Recuerda: "Intentamos conducir sin luces por el desierto de Mojave, pero eso de llevar una mano en el volante y otra en las gafas… No me gustaba".